Transición energética

La generación de energía juega un papel crucial en todos los sectores, y su amplio uso produce mayores o menores efectos nocivos para el medio ambiente. Es por ello, que es tan importante la sustitución de algunas fuentes de energía que generan un mayor impacto, con el fin de reducir la emisión de gases de invernadero provenientes de los procesos de combustión altamente contaminantes.

Dicha reducción de emisiones se ha convertido en uno de los desafíos más grandes para dar cumplimiento a los tratados y acuerdos ambientales establecidos a nivel mundial, y de los cuales Colombia hace parte. Por esta razón, se ha postulado al gas licuado del petróleo (GLP) como un sustituto viable de combustibles pesados como el carbón.

Según el artículo de investigación de Andrés Rangel y Carlos Portilla, tanto el gas natural como el GLP producen una mejor combustión, gracias a que, al estar en estado molecular, sus componentes reaccionan de forma más completa con las moléculas de oxígeno. Asimismo, se produce una combustión más eficiente, porque requiere menos exceso de aire en el quemador, lo que, a su vez, produce menos CO2 y cero partículas. Otra ventaja la constituye el hecho de no tener presencia de compuestos de azufre, lo que resulta menos agresivo con las calderas y por consiguiente, en reducción de costos de mantenimiento por ductos corroídos o por limpieza.

A continuación se observan los porcentajes de emisiones por combustible, observándose que el bagazo, la energía eléctrica y el carbón son los de mayores emisiones producen; y el GLP y el gas natural los de menores emisiones.

Porcentaje de emisiones de CO2 por combustible

El GLP siempre será el mejor combustible en la transición energética, ya que es eficiente, portátil, limpio, versátil, accesible, tiene un bajo costo respecto a otros combustibles sustitutos, se instala fácilmente, y gracias a su estado gaseoso, no contamina cuerpos de agua, ni terrestres.